viernes, 15 de marzo de 2013

¿Tenemos lo que nos merecemos?

Tenemos lo que nos merecemos. He escuchado miles de veces esta frase con el fin de dar respuesta a la mala situación del país. Y yo cada día me pregunto: "¿De verdad nos lo merecemos?.
Tenemos una sociedad con incontables problemas, no sólo económicos y políticos sino también morales. No quisiera pararme a describirlos porque cualquiera que coja el periódico de vez en cuando, sabrá perfectamente a lo que me refiero. Me remito a uno de mis primeros artículos-Enlace- para reiterar, en cierta forma, mi opinión respecto a España. Gran país, lleno de lo mejor y lo peor de la gran variedad de individuos que habitamos en el mundo. Somos capaces de investigar y emprender con escasos fondos, y además, hacerlo muy bien. También somos alegres,generosos y nos gusta disfrutar de la vida. Por el contrario, estamos acostumbrados a ver a gente irresponsable, egoísta, analfabeta y maleducada... Y lo que es peor, los medios de comunicación únicamente hacen eco de todas estas personas que realmente hacen que creamos merecer a toda la casta política que nos gobierna. Por eso, cuando miro a mi alrededor, siento verdadera lástima, al observar una multitud de amigos y conocidos que se esfuerzan y sueñan por un futuro provechoso. Gente con o sin estudios que se levantan cada mañana pensando que cada día será mejor, que existen metas que alcanzar. Yo me considero una de esas personas, que dada su juventud tienen tiempo de pensar en el futuro y de imaginarlo de la mejor manera posible. Y aquí es donde quiero llegar. Pueden bajar los salarios, las pensiones y los fondos de educación. Pueden destrozar a una generación entera con un modelo educativo en retroceso y escasa productividad. Pueden quitar becas universitarias, de investigación, idiomas y prácticas. E incluso suprimir cultura clásica,historia y geografía en busca de los valores que "el mercado" demande. Cada día nos bombardearán con noticias pesimistas sobre guerras, escándalos y corrupción. Nos harán creer que somos víctimas del sistema, que tenemos que pagar los platos rotos.
A pesar de ello, creo firmemente que no nos lo merecemos. Porque todos los jóvenes y no tan jóvenes soñadores buscarán la manera de superar las dificultades, y lograrán alcanzar sus metas. A día de hoy, con seis millones de parados, aún quedan personas que cada día se levantan temprano para trabajar duro y sobrevivir. Es por ello, en honor a todas esas personas, que podemos decir firmemente: No nos merecemos esta situación. Y no sólo, no nos la merecemos, sino que sólo podremos salir de ella si luchamos cada uno, desde nuestra posición, para hacer de nuestro entorno un lugar mejor. Parece una tontería, pero sólo rodeándonos de las mejores personas y del mejor ambiente posible, podremos construir la sociedad que todos queremos para España. Voy a concluir esta entrada, de la misma manera que finalicé el artículo anteriormente mencionado: El cambio está en las mentes de los ciudadanos. Si no luchamos por nuestros sueños, jamás podremos luchar por nuestro país. Porque al fin y al cabo, España somos todos y no podemos permitir que los problemas del país sean reflejo de la sociedad. No nos lo merecemos.

"La esperanza es el sueño de los que están despiertos" (Carlomagno)

Antonio Vicente

jueves, 14 de marzo de 2013

La ciencia infusa


El Tribunal de Justicia de la Unión Europea se ha pronunciado sobre las condiciones en las que pueden ejecutarse los lanzamientos hipotecarios, declarándolas abusivas. La sentencia sin duda alguna es interesante desde muchos puntos de vista, como humano, jurídico, económico y político.
No obstante, lo sangrante de la sentencia son las declaraciones formuladas a raíz de esta. Y no es porque nadie relevante haya salido a defender a ultranza la libre voluntad de ambas partes en un ámbito como es el Derecho Privado donde la injerencia del Estado debería de ser mínima; sino, precisamente, su benevolencia y buena disposición.
Que no se me malinterprete; la sentencia es justo lo que necesitábamos. Responde a una humanización de las relaciones socioeconómicas dentro de un territorio tan vasto como es la Unión Europea, una bofetada a la ola neoliberal que sacude Europa debido al férreo dominio alemán. Supone un freno al poder financiero, y porque no decirlo, la implantación de una justicia retributiva: ellos crearon la burbuja inmobiliaria, obligando a la gente a hipotecarse para acceder a un bien de necesidad básica como es la vivienda. Ahora, por lo menos, tienen algún freno, en vez de iniciar una loca carrera de desahucios para… dejar los pisos vacíos y devaluados, sin pagar los gastos de la comunidad, todo sea dicho.
Mi crítica es, más bien, a la buena disposición que ha tenido todo el mundo para aceptar esta idea tan básica, pero que no se aplicaba. Desde el inicio de la crisis (año 2008/09) las hipotecas han supuesto una fuente constante de injusticia material. Pero se han aplicado. Se han aplicado los lanzamientos hipotecarios. Se ha aplicado férreamente la ley. Se ha mandado a la policía y los bomberos para sacar de su casa a los inquilinos, llegando estos mismos cuerpos a mostrar su disgusto por tener que ser los ejecutores últimos de lo que en algunos casos han sido atrocidades. Todo durante cuatro años de gobierno socialista (con todo mi perdón a los socialistas verdaderos por poner este epíteto al PSOE) y casi dos años de gobierno del Partido Popular no se ha modificado la ley. Ni se le ha dado órdenes a la banca nacionalizada para que pare los desahucios de las cajas y bancos que han sido rescatados con dinero público. Solo se ha aprobado una especie de melifluo manual de buenas prácticas que imagino habrá servido para tomar notas en sucio o calzar la mesa coja de algún directivo.
Nada. No se ha hecho nada. Pero a todos les parece genial la sentencia. Todos tenían esta misma idea en la cabeza, el gobierno se compadecía de los desahuciados y la banca lloraba los suicidios. El gobierno dice que cambiará la ley, y la banca que le parece una sentencia razonable y constructiva. Desde el PSOE dicen que ¡ellos tenían razón! A veces pienso en el PSOE, mi querido PSOE, un partido tan joven, con ideas tan buenas, pero con tan mala suerte que jamás han podido gobernar y poner en prácticas sus políticas…
Y es el problema de España: nadie ha hecho nada. Las cuentas con fondos evadidos se crean solas. Las leyes de educación catastróficas se redactan y aprueban solas. Se llega a niveles absurdos de déficit sin ninguna injerencia, de forma autónoma. Achaquémoselo a la diosa Cibeles, o al fantasma de Fernando VII, que aún debe de rondar por Madrid creando desbarajustes. Los desahucios se han producido solos, y la crisis llegó, sola.
España es un país donde hemos apostado fuertemente por la Ciencia: la ciencia infusa.