En mi última aportación critiqué el utilitarismo del que
quieren impregnar a toda la educación pública. Era una crítica al
desmantelamiento de los bachilleratos menos solicitados y una petición para que
se respetase la opción formativa de todos los ciudadanos.
Sin embargo, es levantarme cada día y ver una terrible
noticia provocada por lo que ya podríamos llamar “Ministerio de formación del trabajador”.
En el anteproyecto de la LOMCE –el mismo donde se prevé la capitidisminución del
griego y la eliminación de la Cultura Clásica- se pretende reducir la Historia –sin
matices, la historia que han cursado todas las generaciones- a una mera asignatura
optativa. Con esta medida, el alumno que no escoja Historia no estudiará la
Revolución Francesa, la Revolución Industrial, la Primavera de los Pueblos, la
crisis de 1929, el auge de los totalitarismos o la Guerra Fría.
En el anteproyecto de la LOMCE se repiten las palabras “productividad,
y competitividad” y el verbo “emprender” conjugado de mil formas. No hay que
hacer una gran labor hermenéutica para dilucidar que este anteproyecto pretende
fomentar la empresa, creando trabajadores y estimulando el espíritu empresarial
de los alumnos
El artículo donde se reduce la Historia a materia optativa
No obstante, me pregunto qué clase de empresarios pretende
formar el señor ministro. Si la Historia sirve para no repetir los errores del
pasado, creo que esos embriones de empresarios deben de conocer el cartismo, el
ludismo y las Trade Unions, al igual que cualquier otro ciudadano. La cultura
no es un elemento accesorio del ciudadano, sino su esencia misma, la que le
permite configurarse, comprender la realidad y transformarla.
Me gustaría incidir en la idea de que el hombre, en tanto
ciudadano, es un ser político que se relaciona con la comunidad y las
instituciones. También me gustaría recordar que el hombre, en tanto ser humano,
tiene una serie de dudas ontológicas y morales que dudo mucho que se satisfagan
estudiando materias instrumentales o en el puesto de trabajo. Si bien hay que
ser realistas y admitir que la Historia que se de en secundaria no va a
resolver esas dudas, si puede servir como trampolín para que el alumno conozca
figuras históricas –Marx, Adam Smith o Diderot- y se embarque, ya de forma
autodidacta, en su conocimiento. Aunque Mujeres, Hombres y Viceversa quiera
predicar lo contrario, aún hay gente que se interesa por estas cuestiones
olvidadas.
Sin embargo, Wert parece creer que los españoles queremos
trabajar y luego dedicarnos al fútbol y la telebasura. Parece increíble que un
señor que además es ministro de Cultura parezca alentar ese modo de vida
consumista, basado en la producción y el consumo, que resume al ser humano –máxima
creación de Dios, lo cual debería saber un señor que milita en un partido con
raigambre cristiana- a poco menos que una estadística y a un factor más de
producción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario